SE NOS FUE UN AMIGO

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Alejandro Egea Montero falleció ayer y nos ha dejado para continuar su viaje en el más allá. Un amigo de la vida que hoy recuerdo con sincera alegría por tanto que nos dejó. Joven y lleno de ideas, se fue un creativo de los negocios y un hermano de verdad.
Conocí a Alejandro en la Universidad de Costa Rica, cuando nos encontramos en las aulas de la Facultad de Ciencias Económicas. Estudiábamos Administración de Empresas, y coincidimos en muchos cursos. Sin embargo, aunque al estudiar teníamos los mismos problemas, las mismas dudas y dificultades, Ale era de esos que lograba destacarse con las mejores notas, mientras que los demás, nos teníamos que rascar la cabeza tratando de entender cómo lo hacía.
Nos mantuvimos en contacto y aunque la vida ha volado, nos alcanzó para más, pues luego fue uno de los primeros clientes de Consumer, como antes se llamaba Tribu. Como Gerente en Café Britt, fue Alejandro quien trajo a Steve Aronson a nuestras salas, para empezar lo que fue una relación positiva, constructiva y fascinante. Alejandro, quien venía de una experiencia intensa en la exportación de café y apertura de mercados no tradicionales en todo el mundo, se enfocó en la idea de lograr que donde estuviera un turista, estuviera ahí Café Britt. De hecho, fue con su participación que despegó éste éxito sin precedentes que es Britt, y que en sus inicios contó con la brillantez de Alejandro Egea.
Mientras tanto, Ana Balbina y él trajeron a Alejandro al mundo, y luego lo llevaron al kinder de mi esposa Alexandra, donde la amistad creció a nivel de parejas, siempre espontáneos, positivos y abrazadores. De hecho, luego Mauricio se unió a esta familia de amigos y así, han construido un hogar de trabajo, pasión, creatividad y lucha.
De Britt, Alejandro se nos unió en Dipo para convertirse en el primer Gerente General. Así se inició una transformación a la cultura de una empresa familiar que eligió ser administrada por profesionales. Por esto, Alejandro desarrolló una amistad entrañable con mi padre, que en paz descansa, y así con mis hermanos. La relación se intensificó, se estrechó y enlazó para la vida entera, pues su contribución fue grande, significativa y relevante, en los inicios de la modernización de una empresa que dirigió con elegancia, perseverancia, creatividad, pasión y tolerancia.
En su desarrollo más allá de Dipo, Alejandro continuó en HB Fuller, por ejemplo, como en la tecnológica y sorpresiva Sui Generis, de mi hermano Carlos, así como en muchos otros proyectos, para mostrar que la inquietud y la creatividad en los negocios requiere únicamente de un soñador, un realizador y un gestor, condiciones que todas se reunían en este maravilloso ser humano que fue Alejandro.
No pretendo hacer un recuento fiel sino un escamoteo simple por algunas de las memorias que me saltan a la mente de un amigo para siempre. Alejandro Egea se nos ha ido y queda para siempre en nuestros corazones.
A su familia, un abrazo eterno de amor e incondicionalidad.

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