Terminamos la segunda ronda, y como lo disfruté el año pasado, juzgar para el Ojo de Iberoamérica ha sido un placer. Primero, por la organización y don de gente de todos en el festival, y
¡Y de energía! Nosotros fuimos a presentarles influencia, contagio, el efecto cardumen, los seis grados y la creatividad social, y ellos nos premiaron con alegría, pasión, bailes y una conexión para la vida. Estoy impresionado