Anoche llegó a Tribu un importante grupo de empresarios del país, para una reunión con José María Figueres que resultó en una dinámica propia de lo que hoy se ha dado en llamar como un conversatorio.
En este encuentro privado, aunque no secreto, entre el expresidente y los empresarios, Figueres inició escuchando y tomando nota. Pasó el micrófono a los asistentes, quienes tomaron la palabra uno tras otro con breves exposiciones que aportaron puntos de vista, opiniones, quejas, comentarios y recomendaciones. Fueron 19 participaciones seguidas en este buen ejercicio iniciado por quien viene de estar muchos años fuera del país, demostrando su capacidad para escuchar.
En lo personal me impresionaron muy bien las participaciones de Alfredo Volio, José Alfredo Sánchez, Fernando Naranjo y Luis Javier Castro. Sus aportes fueron bien fundamentados, impecablemente articulados y de alto calibre. Expresaron desde su preocupación por el rezago del sector público para mantenerse al día con el sector privado, así como el problema base de la ingobernabilidad en Costa Rica. Su enfoque empresarial, sus experiencias y conocimiento, sumado a todas las participaciones realizadas, crearon un marco de referencia propicio para la propuesta que seguiría después.
En el marco de nuestro espacio en Tribu, cargado de juventud y creatividad acelerada por la tecnología, Jorge Woodbridge aportó un enfoque que rescató su importancia para el desarrollo. A su vez, Samuel Yankelewitz se enfocó en las graves consecuencias que podría traernos el paquete fiscal en discusión. Hubo participaciones que fueron desde la agronindustria al turismo, pasando por educación, infraestructura, seguridad ciudadana y servicios no tradicionales como la producción digital.
En toda la noche no se habló ni de reelección ni de campaña. Nadie preguntó si José María se lanzaría de nuevo, ni hubo un renglón sobre el tema que llevó a Figueres a la Asamblea Legislativa hace unos días. La conversación se enfocó en el presente y el futuro, por lo que giró alrededor del tema país, su desarrollo, las trabas, oportunidades y todo lo que concierne al sector productivo nacional. Fue un emocionante encuentro del más alto nivel, visiblemente sensible y sincero.
Cuando José María tomó finalmente la palabra, se enfocó primero en exponer su visión de la situación global. Con precisión demostró su conexión completa con los asuntos más relevantes del planeta, para insistir en la necesidad de cambio en nuestra forma de vivir. Con datos y ejemplos, recorrió asuntos relacionados a la sostenibilidad del planeta, su explosión demográfica, las amenazas en el cambio climático y la crisis energética en el actual sistema global.
Luego llegó al país en su discurso, y destacó a Costa Rica por su marca país, así como por los acuerdos existentes en los asuntos más importantes, como la paz, la democracia y educación. Sin embargo, con menciones a las presas y hasta la famosa platina, sostuvo que no logramos soluciones en los temas más pequeños y urgentes. Con un visible tacto y cuidado en la selección de sus palabras, mostró conocimiento de la realidad nacional, así como destacó la dificultad de prosperar sin una visión de futuro definida. No fue necesario criticar a nadie para exponer problemas y soluciones.
«¿Cuántos turistas llegaron el año pasado al país?», preguntó a los empresarios en turismo. «Más de dos millones», respondió don Rubén Pacheco. «¿Y cuántos esperamos para este año? ¿Cuántos anticipa el gobierno en cinco años?», volvió a preguntar Figueres. En breve se marcó el vacío de planeación existente, la ausencia de visión y las implicaciones que conlleva una infraestructura que no se prepara con metas claras. En resumen, como lo hacemos en las empresas, preparó el terreno para fundamentar la necesidad de un plan de desarrollo nacional.
Por esto, en mi opinión lo más importante vino al final. De una forma vehemente e incisiva, contundente y llena de energía, Figueres nos propuso unirnos para la creación de un proyecto país. Así como una empresa funciona por objetivos, propuso que Costa Rica lo haga igual con el acuerdo inicial respecto a los principales impulsores para el desarrollo nacional. El proyecto país en procura de un entendimiento nacional, por lo tanto, ha sido propuesto por un líder reconocido dispuesto a detonarlo. En una noche histórica y de grandes alcances, Figueres demostró condiciones excepcionales.
Después de haberle manejado su campaña desde Consumer (anterior nombre de Tribu DDB), fue un gran gusto saludarlo nuevamente. Los años no han pasado en vano, y pude redescubrir a José María, solo que ahora más maduro, más experimentado y con un recorrido extraordinario. No dudo que podrá hacer una gran contribución al país.
En el Grupo Tribu estamos muy honrados por la oportunidad que tuvimos de ser anfitriones para un encuentro de este nivel. Lo que sigue, depende de todos.