El país sería otro si en lugar de parlamento tuviéramos un escuchamento. (Se lo oí a Otto Peraza hace unos años).
Si nos dieron dos oídos que escuchan y una boca que habla, ¿no será esa una pista clara y sonora con una instrucción precisa?
Creo que sí: escuchar el doble y hablar la mitad.