«Aprender no es obligatorio, es voluntario. Mejorar no es obligatorio, es voluntario. Pero para sobrevivir, tenemos que aprender.»
Edward Deming
«No hay mayor alegría que la de poder trabajar para toda la humanidad y hacer bien lo que haces.»
Buckminster Fuller
Una idea inesperada e irresistible
Hace unos meses recibí un mensaje de mi querido amigo Nicolás Shea desde Santiago de Chile. Mario Solari había contactado con él, interesado en algunas referencias. Buscaba personas con un perfil en el que, según Nico, yo calzaba bien.
Pocos días después nos reunimos a través de una videollamada a la que también se sumó Facundo Garretón. Entonces, Mario nos habló sobre Earth One y de Atlantic Crossing , un misterioso y cautivador viaje desde Portugal a Puerto Rico en el que se reuniría a 300 personas con el propósito de gestar ideas para hacer del mundo un mejor lugar. Nos invitó a aplicar.
Una idea resumida en dos párrafos que se clavó en mi imaginación como una bandera. Imposible de ignorar. «¡Esto es fascinante!», pensé. Era una propuesta colosal, espeluznante por el desafío, pero inspiradora hasta un punto indescriptible. Y eso sin mencionar lo atractivo que resulta cruzar el Atlántico en un gran yate con prestaciones extraordinarias.
La combinación de ingredientes resultó ser, para mí, simple y sinceramente… irresistible.
Así, completé la aplicación y escribí los ensayos requeridos. Después, tuve que hacer frente a una entrevista de selección, que superé incluso a pesar de sabotear mi propia candidatura. En mi última conversación con Samuel Kern, de Earth One, dejé claro —como si no quisiera ser aceptado— que, aunque he sido fundador de muchos emprendimientos, actualmente no soy CEO, COO, ni chairman, ni tampoco ostento título alguno. Además, le conté que no formo parte de ninguna organización. De hecho, ni siquiera tengo tarjeta de presentación. Para su sorpresa, llegué a agregar lo siguiente: «No creo ser un buen acople a la misión». Sin embargo, por lo visto, sin querer queriendo, lo convencí de lo contrario.
Una hora después me confirmaron que había sido aceptado. En menos tiempo aún formalicé la inscripción, realicé la transferencia bancaria y aparté las fechas del 31 de octubre al 14 de noviembre en mi calendario.
El crucero que no será una vacación, sino una oportunidad
La travesía organizada por Earth One me llevará a mí y a otros tantos a embarcar en el Ilma, que zarpará desde Lisboa y navegará hasta San Juan con dos breves paradas, una en las Islas Azores y otra en las Islas Vírgenes Británicas.
En lo que podría describirse como un gran contenedor de lujo, un puñado ni grande ni pequeño de personas diversas cruzaremos en 12 días el océano Atlántico. Seis zonas horarias y una travesía que evoca épicas navegaciones de tiempos pasados.
Pero en este caso se tratará de otro tipo de exploradores. A bordo iremos un grupo interdisciplinario e intergeneracional proveniente de rincones dispares del mundo. Emprendedores, académicos, inventores, artistas, ecologistas y políticos de diferentes perspectivas con una sola intención: catalizar una fase de cambio hacia un mundo regenerativo.
Earth One, en colaboración con organizaciones de impacto como unreasonable, To:org, The Elevate Prize Foundation y Pachamama Alliance, ha incluido desde activistas ambientales y líderes en primera línea de batalla a virtuosos y visionarios. También participan patrocinadores de diferentes orígenes y actividades, con quienes se pretende crear un estimulante ecosistema en este laboratorio flotante. Un caldo de cultivo propicio para provocar, detonar y gestar nuevos caminos hacia el futuro.
¿Qué está en peligro?
Sin duda, si vivís en la Tierra, sabés que nos encontramos en un momento crítico. Como bien señala Earth One: “hemos sobrepasado fronteras con consecuencias incalculables, sufrimos un colapso global de compasión y cada día nos enfrentamos a un mayor nivel de aislamiento”.
Aunque este es el mejor momento en el que jamás ha vivido la humanidad, las amenazas que se ciernen sobre nosotros conllevan riesgos y peligros sin precedentes. Los océanos están cada vez más cálidos y contaminados, más enfermos. El cambio climático, impulsado por décadas de explotación desenfrenada de los recursos naturales, está provocando fenómenos extremos cada vez más habituales: incendios forestales, inundaciones, olas de calor y sequías devastadoras. Estas catástrofes no solo están alterando los ecosistemas y desplazando a comunidades enteras, sino que también están afectando la producción de alimentos a nivel global. Millones de personas enfrentan la amenaza creciente de la inseguridad alimentaria.
Esto es apenas una pincelada de la realidad. No pretendo resumir la gravedad de la situación mundial en unas pocas palabras; sería imposible. Solo busco señalar la urgencia de estos problemas, que merecen un análisis profundo y acciones concretas.
En mi país, Costa Rica, a pesar de los extraordinarios datos macroeconómicos, el deterioro es comparable a los estragos de un bombardeo en plena guerra. La educación y la salud están quebradas mientras la sociedad debate si la criminalidad es un problema exclusivo de las bandas del narcotráfico o si realmente trasciende más allá.
La impotencia nos invade. Los ciudadanos comunes levantamos los hombros sin saber qué hacer. En tanto, los gobernantes luchan entre sí, socavando cada día las bases de nuestra ejemplar democracia. El presidente de la República lidera con matonismo, ofensas, insultos y falta de respeto hacia las instituciones y las personas de otros poderes.
Así las cosas, al conectar lo global con lo local, regreso a mí
Y me pregunto: «¿Qué puedo hacer yo?». No tengo micrófono, podio ni plataforma. Si convocara a una conferencia de prensa, no llegaría absolutamente nadie. Podría organizar una reunión de trabajo, pero casi con seguridad estaríamos solo unas cuantas amistades. Mi alcance es limitado, quizás diminuto. Aun así, estoy convencido de que cada uno de nosotros tiene en sus manos las semillas del cambio.
Por esto, ilusiona pensar que nos reuniremos en una travesía para sembrar.
Seis núcleos, muchas ópticas y un futuro compartido
Los organizadores han diseñado la experiencia con seis áreas de concentración o gremios. Se explorarán eventos actuales, como por ejemplo los resultados de las elecciones en Estados Unidos celebradas el 5 de noviembre, y las oportunidades y amenazas en torno a los temas más candentes de nuestros tiempos.
Estos son los 6 gremios:
- Océanos. Repaso de proyectos relacionados para la conferencia de la ONU sobre los océanos en 2025.
- Gobernanza. Enfoque en construir gobernabilidad relevante para el siglo XXI.
- Inteligencias. Exploración de lo positivo y negativo de todas las inteligencias, desde la artificial hasta la conciencia más allá de lo humano.
- Bioculturas. Proyectos de conservación liderados por comunidades indígenas, también temas legales y regenerativos asociados.
- Resiliencia. Fortalecimiento personal y de los sistemas planetarios para evolucionar y prosperar en un planeta cambiante.
- Nuevas economías. Exploración de economías emergentes que sirvan a todas las formas de vida, desde modelos de filantropía hasta monedas digitales.
Cada gremio contará con más de 15 líderes y expertos, fusionando el conocimiento colectivo en torno a estos vitales y desafiantes asuntos, y con el compromiso de llevar las soluciones a la realidad al desembarcar.
A título personal, estaré particularmente activo en el gremio de Gobernanza, sin dejar de lado Inteligencias y Resiliencia. El tiempo no dará para mucho más, así que tendré que apostar por el poder del enfoque. La experiencia promete ser inmersiva y profundamente participativa.
El reciclaje vital en movimiento
Al encontrarme en un estado permanente de exploración, como mencioné en mi anterior publicación, aquí en A Fuego Lento, he asumido como propia la idea del reciclaje vital.
De este modo, con el propósito de dar con nuevas oportunidades, de establecer frescas y poderosas conexiones, de descubrir desafíos y, ¿por qué no?, de desentrañar nuevas posibilidades de contribuir al bienestar de mi mundo y también el de todos, participaré sin descanso, filtros ni restricciones.
Auguro una fascinante tormenta de ideas mecidas por las olas. Un gigantesco y emocionante charrette flotante, una nueva versión de co-laboratorio.
La experiencia también contará con música, arte, diversión y entretenimiento. La gran cocina estará presente y el bienestar personal será central en todo el viaje.
Acometo la travesía con la expectativa de expandir mi perspectiva personal y, por supuesto, de compartir a manos llenas la experiencia del Atlantic Crossing.
¡Qué embarcada!