Es la dirección la que determina el destino, y por esto, todo apunta a Lovemarks en Tribu y en Saatchi Saatchi. Más allá del sabor del mes o una moda más, llenar el mundo con Lovemarks es el foco de todo lo que hacemos en Tribu, pues nos debemos a las marcas de nuestros clientes y su éxito en resultados, como consecuencia de marcas cercanas y poderosamente vinculadas con su gente.

Sin embargo, hemos insistido mucho en la importancia de considerar la propuesta en Lovemarks como una que brinda un sentido de dirección y no como destino final. Más que llegar, es importante tomar Lovemarks como la guía de compromiso a largo plazo en la brújula del equipo de una marca, para alinearlo todo en función del rumbo al que obliga una marca que busca inspirar lealtad más allá de la razón. Por esto, es importante rescatar el concepto establecido en este principio que define la dirección como el factor que finalmente determina el destino.

Desde luego, lo creativo es esencial así como lo es generar ideas más grandes que anuncios. Para ser efectivos y creadores de resultados positivos, debemos hacerlo desde organizaciones desempeñándose en la cima de sus capacidades colectivas, como consecuencia de individuos inspirados a dar lo mejor de cada quien.

3Ds nos pueden ayudar a no olvidar ni por un instante el principio: dirección determina destino. En todo lo que hacemos, en nuestra dimensión física como espiritual, en lo intelectual como en lo emocional, es la dirección la que determina el destino. Sin excepción. En este LINK encontrarás la propuesta aprendida de Andy Stanley y expuesta por él desde Northpoint.

Así, Lovemarks, más que un destino, es una dirección.