Con los casos recientemente publicados de Imperial Silver y el Comelón de Harricks, denunciados en el excelente blog de Christian Cambronero, Fusil de Chispas, vuelve algo de pimienta en nuestro micro patio publicitario costarricense, especialmente aderezado por la ingenuidad de muchos comentarios de quienes todavía tienen mucho que aprender.
Existen las coincidencias, amig@s, por mucho que nos cueste aceptar algunas en su exactitud. Existen los casos extraordinariamente increíbles de soluciones o propuestas creativas casi idénticas, desarrolladas en tiempos y lugares completamente diferentes, y que a pesar de asombro y sospecha, son realizados de forma genuina y creativa por equipos inconexos y sin relación alguna. Esto sucede, nos ha sucedido y seguirá sucediendo. Con tantos años en publicidad, les puedo decir que los he visto en no pocas ocasiones.
Lamentablemente, también existen los plagios, los fusiles y las copias, realizadas abierta o solapadamente, con intención premeditada, individual o colectiva, desde hace un siglo, dos y cinco, como también desde hace 1 año, seis meses o tres días. No hay nada nuevo, pues se dan en literatura, arte, informática, diseño, arquitectura, matemáticas, ingeniería, negocios, patentes, en todo, y bueno, también en la publicidad. En lo personal, no los avalo, no los apoyo, me pudren igual que a todos, me molestan y quisiera desaparecerlos del mundo para siempre.
Así también, no lo olvide nadie, existen los clientes que ordenan a su agencia la copia, el fusil o el plagio, sin pena alguna o con total solvencia en el momento, pues hay quienes piensan que una idea es de todos y sin reservas, como hay unos pocos que reconocen que es una propiedad que moralmente se debe respetar. En un accidente de tránsito, se dice con frecuencia que “el que pega, paga”, y por esto, puedo decir que lo recuerdo en muy pocas ocasiones, pero no han faltado en mi carrera uno o dos momentos en los que el cliente ha dicho: “así lo quiero”. Y aunque ésto no justifica el fusil, recuerda que no siempre es proveniente de la agencia o el creativo.
Hay quienes dirían que una versión como la de Imperial Silver es una adaptación, un reciclaje o un refrito, con implicaciones o connotaciones subjetivas y generalmente ajustadas a la conveniencia de cada quien. También encontrarás los que prejuician, sentencian y vinculan, a menudo sin tener información alguna, y que por supuesto, aprovechan los espacios anónimos para sus comentarios sin censura. Luego están los que insisten en esa majadería de muchos al decir que “calladito es más bonito”, pues pocos son los que se manifiestan abiertamente, y de los jugadores publicitarios clave en Costa Rica, generalmente no se sabe nada abiertamente. ¿Porqué el silencio?
En lo personal, me incomoda muchísimo que en una Costa Rica que viene haciendo grandes esfuerzos creativos, discutibles o no, aparezca un comercial de una marca líder en el país, creada por la agencia de más tradición en la región, con un parecido tan directo al de Quilmes, una marca líder de cerveza en Argentina de todos conocida. No puedo observar en silencio esta situación, pues en mi pequeño espacio de esta actividad publicitaria, quiero dejar claro que no estoy de acuerdo con el fusil, el plagio o la copia, por supuesto, y que nos corresponde luchar por generar ideas nuevas, atrevidas, con versiones frescas y de aportes originales, por muy difícil que resulte y por mucha posible coincidencia que pueda aparecer.
Desde luego que existen las referencias, los puntos de partida, las adaptaciones y los legítimos reciclajes, que toman una idea de una propuesta, la combinan con el estilo de un momento, la música de una época, la personalidad de una región y al combinarlo todo, se genera algo nuevo, algo que refresca y se reconoce único. Nadie crea en el vacío y por esto, el purismo puritánico de algunos, no es más que una suerte de hipocresía. Sin embargo, hay que reconocer los parecidos directos y lo obvio cuando está al frente, y en los casos del momento, pareciera que hay más que una simple coincidencia.
En épocas como la del Comelón de Harrick's, de la agencia Mercatec Gutiérrez Machado, si no me equivoco, se realizaban los fusiles sin sospechar posible el descubrimiento de la “inspiración”, en un mundo mucho menos conectado y en línea como el actual. Era virtualmente imposible tener los radares con los que hoy se cuenta, y por esto, no fueron pocos los creativos que fusilaron de todo el mundo, para adaptar en nuestros remotos países según su medida de talento y conciencia.
En todo caso, para no extenderme más de lo que ya me extendí, va siendo hora de que las cabezas creativas o las cabezas de las agencias del país se manifiesten. Son demasiados los espacios disponibles para expresar sus posiciones, y por esto, creo que podemos aprovechar el maravilloso mundo en el que vivimos, para convertirnos en una comunidad concertada, comunicada y en conexión, más allá de los esporádicos momentos en los que nos reunimos.
No se vale quedarse callado. No se vale seguir escondidos. Nuestro trabajo es público y abierto, se publica y se pauta en los medios masivos de comunicación, y por esto, no se pueden tirar las piedras comerciales y luego esconder las manos que las lanzaron.
