Me llama poderosamente la atención que un espacio algo anticuado, un poco aburrido y ciertamente personal, continúe con un nivel tan alto de páginas vistas en un mes. Algunos dirían que no tiene la misma notoriedad de otros tiempos, y de esto me alegro sinceramente, pero continúa siendo un espacio con miles de visitas todos los días.
Lo actualizo de manera antojadiza y escribo sencillamente lo que se me ocurre. No tengo ninguna prioridad ni mayor objetivo que compartir para un solo propósito: inspirar. A veces lo logro y a menudo fracaso, y aunque lo presento de una manera discreta, nada rompedora, tal vez en exceso respetuosa y moderada, éste blog continúa con una cantidad de visitas que me sorprende.
Elegí hace mucho tiempo separarme de los detonantes fáciles para lograr aún más participacion y comentarios, decidí no criticar por placer o morbo, me propuse construir y en una sola dirección, movido por la idea de inspirar, A Fuego Lento se ha ido caracterizando por construir, proponer, encender y provocar en positivo.
Cuando estamos por llegar al final de un mes, a menudo me asomo a las estadísticas para tener una leve idea del tráfico logrado. Y en un mes como el de julio, me parece interesante ésta cifra que algo dice y un poco estimula para continuar, especialmente porque no me ofrece esfuerzo alguno, no agrega peso en lo absoluto y más bien, conduce al placer adquirido por compartir a pesar de la consecuente exposición pública incluida.
Así que todo bien, a una horas de iniciar Agosto del 2009, con mucha ilusión y fe.
Salud!
