La influencia recibida ésta semana en Tribu fue como inyectada a las venas y transfusionada al corazón de todos en Tribu. Vinieron, compartieron y aunque luego se fueron, la verdad es que ya se quedaron entre nosotros por muchos años más. Nos dejaron memorias, ideas, un chorro de fotos y ésta que en lo particular me resultó muy divertida, pues me deja en el centro de éstos dos pistoleros que no dejaron de disparar ni por un instante.
Juan Carlos Ortiz vino a conocer en vivo y a todo color la agencia que eligió el año pasado para que fuera DDB. Entró por la puerta de nuestro edificio con la mirada puesta en su nueva pieza en la compañía multilatina que ha logrado armar en DDB Latina. Nos conocimos hace apenas un año, y aunque en el proceso descubrió mucho de nosotros a través de fotos, videos, referencias y tanto más, nos lo dijo en sencillo: “Éste es uno de esos casos donde la percepción fue superada por la realidad”.
A su vez, Sergio Valente vibró desde el primer momento y no tardó en decir que se sentía como en DM9, la agencia que dirige y que tiene el pequeño gran detalle de buen gusto de ser la agencia del año en Cannes. Pero no se quedó ahí y nos dijo que él pensaba que había una Tribu en DM9 y que sin duda, creía que en Tribu vive una DM9 también. Después de poco nos encontramos en sintonías de alto voltaje, conectados para siempre en una relación que haremos crecer.
Tribu DDB es hoy una realidad que supera las más altas percepciones y a la vez, es una compañía de gente que logra sentirse como la más creativa agencia del mundo hoy día. Sin embargo, sin el mercado de gran escala ni los Leones para confirmarlo, por mucho que suene a caricias en el ego corporativo, estoy convencido de que hay mucho de cierto y que las vinculaciones mencionadas no son casualidad.
Mucho se va a sumar, compartir y agregar en los siguientes días respecto a la visita de Juan Carlos y Sergio, con ocasión de la nueva sociedad entre Tribu y DDB, pero yo quiero decirlo en simple y en sencillo. En el momento en el que nos la lleguemos a creer, vamos a sonar como cuando se cae una sandía desde un quinto piso. No hemos llegado a ningún lado ni estamos en ningún destino, pues lo nuestro es una travesía en un velero de alta competencia, que solo continúa un día a la vez.
Después de varios días con muchas distracciones, estamos felices de volcarnos al enfoque obsesivo en nuestras marcas, una ODT a la vez, para no dejar que ni por un segundo se nos pierda nuestra prioridad en el cliente que nos permite existir.
Se fueron y se quedaron en Tribu, en nuestros clientes, la universidad Latina y sus estudiantes, y con enorme placer, en muchos creativos de todas las agencias del país, pues ya no somos lo que tenemos, sino lo que compartimos.
