Desde el “bien por dicha” hasta el “con mucho gusto”, son mil las expresiones que se dicen en automático. Entre ellas hay una muy usada y es el “gracias a Dios”. De hecho, no es inusual que al decirla pierda su significado profundo y pase a ser una simple expresión.
A las puertas de una nueva Navidad, y prontos a cerrar el año 2011, con tantos éxitos y buenas noticias, a la par de amigos, familia y gente querida, es tiempo de decirla con todo su sentido y alcance. No por muletilla o por relleno, no por un decir o un mandatorio, sino por total convicción y emoción, rodilla en piso y corazón sincero:
Por absolutamente todo, gracias a Dios.