El respeto mejora la vida, y por esto, es mejor dar cada paso como comer pescado: ¡con mucho cuidado!
Si un cliente anunciante va a invertir un dólar o cien mil, sea un refresco, un banco o un político, mejor que diga algo que agregue, que sirva y que motive. ¿Quién necesita otro jingle pegajoso? ¿A quién le interesa una polémica inútil? ¿Quién pide otra mala idea? ¿Quién quiere más de lo que ya se hizo?
En lo personal, me indigna cuando un publicista degrada nuestra profesión al nivel de lo que agrede y repugna. Reconozco que todo puede ser relativo y casi todo depende, así como algo comprendo de circunstancias y tal vez más de oportunidades. Entiendo que toda moneda tiene dos caras, y así, prefiero particularmente cuando una persona tiene solo una, porque eso se llama integridad.
Creo que no se vale que el resentimiento social y los complejos, lleven a toda una comunidad a pensar que aquello bajo es publicidad y que así son los publicistas. Creo también que la única publicidad que vale es la que agrega, la que dignifica y es efectiva, lo demás es otra cosa. De hecho, también creo que la diferencia entre publicidad y manipulación es una palabra: integridad.
A su vez, ingenuidad es aquella de la que padecen algunos que se dejan llevar por las promesas de éxitos rápidos y pronta notoriedad. Al cliente anunciante le diría que no se fíe de quien le habla de atajos o vías rápidas. La creatividad es por supuesto un acelerador para el éxito, como el ridículo público es efectivamente caída libre al fondo de la opinión popular.
El fin no justifica los medios, y la responsabilidad es un valor que todos debemos proteger, engrandecer y propiciar. No con palabras sino con ejemplo, no con vericuetos y piruetas, no con artilugios y espejitos. Dichosamente, somos muchos más los que preferimos los valores que propician prosperidad y expansión. El respeto mejora la vida.
Así, me excuso por este breve desvío para regresar a mi agenda del día, que de paso, tiene mucho de Vía Costarricense, y por supuesto, de hacer empresa y de publicidad.
Con la mirada puesta en el futuro que queremos construir, ¡avancemos!