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Mi cierre de campaña

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¡Hola teclas! Tanto tiempo sin vernos en dirección al blog; ya ni recuerdo bien dónde está la eñe o el guion largo que tanto me gusta. En cuestión de nada dejamos hábitos buenos, la nutrición sana o el balance de la vida y el trabajo. En un parpadeo pasó más de un año que ya casi serán dos.

Desde el 2005 “A fuego lento” ha sido mi ejercicio cada vez que se han picado las yemas de mis dedos y han decidido escribir, a veces por el impulso del corazón y más regularmente por la fuerza de la razón. Luego, desde el 16 de febrero del 2021 pasado, elegí suspender cualquier publicación adicional para concentrarme en la misión asumida.

En aquella última publicación —“Un siguiente paso de la vida”— escribí sobre un enorme desafío que enfrentaríamos para transformar y procurarle a Costa Rica su merecida retribución. Se trataba de la campaña política que lideró José María Figueres, primero por la candidatura en Liberación Nacional y luego por la Presidencia de la República.

En la experiencia más intensa de una vida, asumí la dirección estratégica de la campaña —como voluntario y más aún como donante. Los dos primeros resultados fueron buenos: ganamos las elecciones internas y José María fue electo candidato por Liberación el 6 de junio del 2021. Luego, en febrero pasado ganamos las elecciones nacionales —aunque lejos del 40% necesario para resolver en la primera ronda. Cuando las encuestas apenas nos concedían un 17%, logramos un 27% de los votos. Por esto, también se consiguió el primer lugar hacia el balotaje y un total de 19 diputados electos. Fue el resultado del trabajo arduo de miles de personas.

Con estas dos elecciones recientes, sumo cuatro victorias con José María Figueres. Las primeras dos habían sido aquellas que incluyeron la primaria en 1993 y luego la nacional de 1994, que ganamos con el 49,62% de los votos en la primera vuelta. Sin embargo, en esta ocasión, la gran misión por la Presidencia de Costa Rica fracasó en la segunda vuelta.

Las razones de la pérdida se las dejaré a la prensa, los analistas e historiadores. Mis razones para explicarla, sin embargo, seguirán en el plano de lo privado, tanto por respeto al tiempo como por discreción en la vida. Algunas de esas razones están a la vista y ya han sido ampliamente comentadas por docenas de expertos. No tiene caso llover sobre mojado.

Sin embargo, en lo personal gané una experiencia maravillosa a pesar del caos en la segunda ronda —que viví como observador y testigo cercano— con el decepcionante resultado final. Así, en el torbellino de actividad de una campaña nacional, retomé relaciones y conocí cientos de personas extraordinarias en una organización política que, a pesar de todo lo que se dice, admiro y celebro grandemente. Liberación merece todo nuestro reconocimiento y como tal, deseo que logre reciclarse completamente y fortalecerse en medio de tanta adversidad.

No fue casualidad que iniciáramos la campaña en Octubre del 2021 exaltando los valores del partido que más le ha dado a Costa Rica, de la organización y bandera que más generó para nuestro país en valores y aportes tangibles. Yo nací en cuna liberacionista y viví en mi piel la contribución crucial que en mi familia hizo la bandera verde y blanca. Jamás negaré la cruz de mi parroquia, aunque no siempre voté por Liberación.

El concepto que sostuvo la campaña hasta el 6 de febrero lo resume bien: “Costa Rica Merece Ganar”, y como lo dijimos insistentemente, al margen de cuál sea tu bandera, tus preferencias u orientaciones, tus motivos o razones, tus ideas o ideales. Por esto, es bueno para el país que las organizaciones como Liberación se fortalezcan, refresquen y florezcan al calor de los gigantescos desafíos de nuestros tiempos. Porque, en efecto y por el bien de todos quienes habitamos este pedacito de cielo en la tierra: Costa Rica merece ganar.

De la comunicación, tanto en medios tradicionales como los digitales, algunas piezas resumieron mejor la narrativa que seguimos desde marzo del año pasado hasta febrero del 2022. Esta fue en sí misma la estrategia de campaña —aunque no siempre con disciplina en su ejecución— y por esto, no quiero pasar a otros temas en el blog sin dejar aquí algunos ejemplos para la memoria.

De todas las piezas publicadas, “Banderas personales” es mi favorita. Una película de un minuto y 20 segundos que resume por lo más alto la propuesta constructiva, inclusiva y positiva, propio de la madurez y las más profundas aspiraciones. Pasado el calor de la campaña, en mi opinión, aún hace más sentido.

Se tejía una narrativa clásica con la definición del estatus quo, todo aquello que estaba en juego, quiénes protagonistas y cuáles los antagonistas. Se definía el llamado a la acción y aparecía el mentor, gestor de cambio y campeón de las personas en la figura del candidato. Luego estaba clara la transformación que vendría, en el corto plazo con el plan de rescate 911 de la economía y en el largo plazo con Vía Costarricense. Por último, se visualizaba lograr así el milagro costarricense que permitiría el Bienvivir como nuestra victoria nacional.

En ningún momento se acudió al libreto del populismo ni de la polarización, que requieren de la irresponsabilidad y los pocos escrúpulos para esa posverdad que otros aplicaron sin pena. Por esta razón, la pieza que mejor exaltó los valores de nuestro candidato, es otra que también atesoro entre mis favoritas pues se refiere a la transformación de la que el país sigue urgido y al liderazgo que presentó José María Figueres.

Tuve el honor de constituir un pequeño equipo y un complejo engranaje con talentosísimas personas. No cito nombres pues me correría el riesgo de omitir involuntariamente y cometer una injusticia. Sin embargo, quienes luchamos en esa gran gesta democrática con Liberación, sabemos quiénes fuimos y cómo lo armamos: con trabajo, tenacidad, pasión, datos e investigación, creatividad y consistencia, discusión a profundidad y decisiones. ¡Es que no parábamos ni sábados ni domingos, ni amaneceres ni las noches! Fue una aventura intensa y no podemos dejar de reconocerla.

A todas estas maravillosas personas: gracias. Mil y un millón de gracias por su compromiso, su compañerismo y devoción. Corrieron todas las millas y no pocas adicionales también. Se hizo una labor que pudo haber sido la plataforma para haberle dado a Costa Rica al mejor presidente que pudo tener en estos tiempos. Solo que no estaba así escrito y en buena medida, luego también se ayudó a que no sucediera.

Tal vez regrese al tema más adelante. No creo. Se quedan por fuera muchos momentos altamente relevantes y solución de crisis que son para caso de estudio. Después de todo, sería imposible repasar la historia de la campaña sin referirnos a la reputación por más de veinte años del candidato, el caso Diamante, la visita al mercado y los debates, por citar algunos factores de alta influencia en la primaria elección nacional. De la segunda ronda ni opino aquí.

Lo cierto es que hoy, sigo siendo ferviente convencido de que nuestra patria merece ganar. Por esta razón, acompaño estas últimas letras con mis mejores deseos para el Presidente de la República y todo su equipo de gobierno. Ojalá y el suyo pase a ser el mejor gobierno en la historia reciente del país, pues así lo necesitamos. Deseo lo mejor y sin mezquindad alguna, que el país prospere con seguridad.

En medio de cientos de piezas de comunicación, así como cerramos la campaña nacional en la primer ronda —cuando lanzamos la pieza que sigue a finales de enero— dejo esta nota en el tono alto y emotivo que nos entrega esta exaltación a las emprendedoras y emprendedores de Costa Rica, porque siempre, siempre y siempre aplaudiremos a quien la pulsea.

Y a otra cosa. Este es mi cierre de campaña más de seis meses después, positivo y optimista, personalmente feliz por la vida así como profundamente agradecido.

Seguimos A Fuego Lento.

 

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