Durante años he sabido de muchos costarricenses que envían sus artículos a La Nación, a la espera de que se los publiquen. Yo he estado entre ellos, lo que me hace suponer que no tengo el estilo, la profundidad, el tema, nombre, prestigio, pedigrí o condiciones aceptables para don Julio Rodríguez.
Esta búsqueda es reflejo de una sociedad que desea participar, que busca foros para compartir, discernir, opinar y tanto escuchar como darse a conocer. Sin embargo, pareciera que la falta de espacios es clara y por esto, encontramos en este tipo de sitios una interesante respuesta para hacer cierta la Tribuna Pública que es cada blog, donde lo único que prevalece es tu deseo de participar.
Nada de lo que desea la página editorial de La Nación en sus distinguidos colaboradores es necesario acá. Lo único que necesitás es tu computadora conectada a Internet, tus ideas y tu deseo de compartirlas. En este blog personal, te presento así mi invitación a hacerlo abiertamente.
En este blog, con todo mi respeto y admiración, don Julio, Ud. no decide.
¿Aprovechamos?
😉
Jorge Oller