UN OJO AGRIDULCE.

Compartí tus comentarios en redes sociales.

Vivimos metidos en un ambiente donde muchas veces la importancia de algo, se mide por el grado de urgencia con que hay que abordarlo.
Por eso darse una vuelta por un Festival de la envergadura del Ojo, es como recibir una de esas cachetadas para despertarte.
Es imposible no regresar más exigente. Con el trabajo propio para empezar, y con el de la agencia en general.
Así se renueva ese ímpetu genial por seguir, una vez que ya tenés lo correcto, lo estratégicamente adecuado. Aunque implique más trabajo, más horas, más esfuerzo.
En el Ojo el sabor fue agridulce. Por un lado, sentías que estamos ahí nomás. Veías ideas muy buenas que también se manejan en nuestras agencias, pero que la mayoría de las veces no podemos concretar.
Por otro lado, te dabas cuenta que aún nos falta en términos de producción, en direcciones de arte que rompan todo, en capacidad de convencer a nuestros clientes para que digan cosas así.
Vamos a tener que mejorar estas cosas, no nos queda otra.
La Creatividad que saquemos tiene que cruzar con la luz amarilla. Porque es la única manera de no caer en lugares comunes, en no decir o mostrar cosas que te remitan a algo que te parece que ya viste. Porque es la mejor forma de encontrar una comunicación inolvidable.
Como decía Bernbach: “Puedes decir lo correcto acerca de un producto y nadie te escuchará. Tienes que decirlo de modo que la gente lo sienta en el estómago. Porque si no lo sienten, nada va a pasar”.

Compartí tus comentarios en redes sociales.

Otros artículos

Suscripción al Newsletter