En Santa Ana hoy amaneció lloviendo como en un buen día de temporal. ¡Qué alivio! Mis Asics se quedarán sin correr hoy y los 40 minutos de entrenamiento programados, quedarán en el limbo de los pendientes. La ansiedad crece y aunque lo intenté, desde las 5:15 de la madrugada ya no pude dormir. El próximo domingo corro la maratón de Nueva York.
Después de cinco grandes distancias, cuarenta y dos kilómetros y ciento noventa y cinco metros, para ser preciso, he decidido correr la sexta en Nueva York, con un estimado de 2 millones de personas animando en las calles. Creo que será mi última y luego me pasaré a las medias. Las 26.2 millas del próximo domingo, como la miden en los Estados Unidos, intentaré correrlas a un paso que me permita mi récord personal, en medio de unos 45.000 corredores intentando hacer lo mismo. Cada quien contra sí mismo, y yo detrás de un 4:19:00. 🙂 Mirá éste video que te da una idea de cómo es esto en la realidad en la milla 17.
https://youtube.com/watch?v=7Z1Uda5ik2M%3Ffs%3D1_US
Voy con 6 amigos y todos llevamos a nuestras esposas. Nos hemos preparado a conciencia, hemos entrenado muy fuerte y estamos listos para intentar lo más importante primero: disfrutar de la experiencia. No es posible evitar sufrir un poco, y a veces como en mi caso, se llega a sufrir mucho, pues los calambres son capaces de acabar con mis aspiraciones en un ataque de jalones.
Como nota de inspiración, eso sí, cuando corrí en Berlín hace tres años, Haile Gebresselassie tuvo el detalle de buen gusto de romper el récord mundial con 2:03:59! Obviamente, yo llegué varias horas después, arratonado, extenuado y hecho puré. En Nueva York, éste próximo domingo, el etíope increíble volverá a correr la misma maratón a la que llego también con mis compañeros de DSQ, aunque claro, para llegar también varias horas después, aunque espero que en mejores condiciones que en Alemania. ¡Y no importa para nada! Lo que sí es cierto es que podré contarle a mis nietos que corrí dos maratones detrás, muy atrás, pero siguiendo al mejor de la historia hasta hoy. ¡Y no será rajando!, sino como anécdota de vida y regalo del cielo.
¿Lo bueno de todo esto? La experiencia es compartida con mis amigos Mauricio (Chiwis), Kenneth (Machethome), Federico (Fanushi), Johnny (Donyo), Osvaldo (Tesorero) y Raymundo (Ray). Tambén con todo el resto de DSQ que ya corrieron sus maratones, con los que no corrieron éste año, con esposas, familias y más amigos. La maratón se corre contra uno mismo, pero acompañado a cada paso de toda la gente que te anima.
Hoy descansé gracias a la lluvia. El domingo viene la experiencia fascinante de una maratón con 2 millones de personas en las calles animándonos. Es tiempo de empacar, hidratar el cuerpo y descansar. Y como todos los días, también es tiempo de darle gracias a Dios por tantos regalos de vida.
Mientras llega el día, la visualización es clave, desde la salida hasta la meta, desde la ruta hasta mi nacionalidad. Ese día me haré keniano. (I wish!). Hasta el sábado por la noche, éstos son dos videos que veremos una y otra vez:
https://youtube.com/watch?v=Ua0TOyzmN9k%3Ffs%3D1_US
https://youtube.com/watch?v=boauNvB9h6I%3Ffs%3D1_US