“¡Mae, Fidel! No! Mae, no tan pronto!”, le habríamos dicho de haberle podido pedir unos días, una composición, un concierto más. En un movimiento inesperado, Fidel nos volvió a sorprender con su talento, aunque esta vez para irse a cantar al cielo.
Fidel, lamento mucho tu partida.
Lo conocí hace unos 25 años. O habrán sido 30 ó 20. No estoy seguro de hace cuanto que conocí a Fidel Gamboa en su fase jinglera, agregando música, sensibilidad y talento a nuestras producciones comerciales. Luego inició Malpaís y ahí dejé de verlo, para simplemente escucharlo a la distancia, con su música y creaciones, ya no para una marca comercial sino para su país, su amor a lo auténtico y compromiso con lo propio.
Apesadumbrado por su partida, hoy toda su música es su legado. Sin embargo, para quienes tuvimos el honor de conocerlo y compartir con él, queda la memoria de esa personalidad cálida, comprensiva, cariñosa, abierta y dispuesta. De todas las horas que pasamos en su estudio en Videotek, solo recuerdos felices me quedan de quien en vida se dio a todo lo que pudo.
Fue un honor y un placer conocerte, Fidel. Fuiste tan grande como el tamaño del vacío que dejás hoy al partir. Tu pérdida es sensible y visible a todos en el país.
Presagio fue siempre de tus canciones, mi favorita:
Que de Dios goce Fidel Gamboa.
Adiós Fidel.