El casado en Brasil se llama feijoada, y esa ha sido precisamente nuestro primer comida al llegar a Copacabana para el Wave Festival.
Con un aire al Carlton en Cannes, el Copacabana Palace en Río de Janeiro es el escenario perfecto para el gran festival creativo del país mais grande do mundo. Muy particularmente cuando en la recepción nos anticiparon vista parcial a la playa, que normalmente significa que se ocuparán binóculos y un espejo para verla, y al final te entregan un palco al mar. Ninguna queja.
Como una invitación de Advertising Age y Jorge Méndez, acepté venir como jurado al festival. Primero porque me encanta aprender, conocer y crecer con nuevas experiencias. Y segundo porque una excusa para regresar a Río es más que bienvenida. Por esto, mi esposa y yo nos hemos adelantado un par de días y salir a disfrutar de esta gran ciudad antes de encerrarme con audífonos en algún salón.
El viaje es largo y el fin de semana se anticipa lleno de futbol. Por un lado, tengo encendido el canal y estoy a la espera del clásico español. En unos minutos el Barça saldrá a darle una nueva lección de fútbol al Real Madrid. Por el otro, mañana en vivo nos iremos a ver al Flamengo de Ronaldinho jugar en semifinal contra el Vasco da Gama.
Tengo las más altas expectativas del Wave Festival de esta semana. Yo tendré que meterme una lexotán y triple ritalina para poder enfocarme un día entero en radio, la categoría en la que estaré como jurado. Seguramente que podré escaparme a escuchar a Marcelo Serpa, y muy especialmente a mi amigo y querido colega en DDB, el gran Sergio Valente.
Mientras tanto, no paro de darle gracias a Dios por todas sus bendiciones y regalos de vida. A través de nuestra participación y enfoque a no dejar pasar un día sin sacarle provecho sano a todas las posibilidades de cada día, hoy gozamos de un momento extraordinario. Todas las empresas en el Grupo Tribu lo vivimos, enfocados en soluciones creativas de negocios.
Estaré en línea. Atento a compartir todo lo que llegue a mis ojos y oídos.
Saludos!