CUIDADO AL FINAL DEL COMERCIAL

Hay comerciales que se arruinan al final, como posiblemente ha sucedido con este ejemplo de Unimed, que nos rompe la sonrisa de sus historias en secuencia cuando nos recuerda que tan solo se trataba de otro comercial. Posiblemente sobró el locutor, como supongo competirá en los festivales en donde se inscriba.

Sin embargo, como este ejemplo hay muchos de mensajes poderosos que se arruinan al final cuando ponemos el logo e insistimos en llamar a la acción, mencionar la marca o provocar la venta. Posiblemente en este caso, las emociones íntimas provocadas por cada viñeta tuvieron una cuidadosa atención por la agencia, nuestros admirados amigos de f/Nazca Saatchi & Saatchi en Sao Paulo, y en el cierre, la posición establecida por el cliente que debe vender. Y por supuesto, el dilema será siempre encontrar dónde está el punto feliz que logre tanto conectar como acercar a una acción.

Como consumidores, hoy somos mucho más selectivos y claramente tenemos toda la información a unas teclas de distancia. En un mensaje que construye, conecta y vincula, es mejor confiar en lo sutil y evitar el desencanto de un interés comercial. Después de todo, no hay quien no sepa que un comercial es un mensaje pagado por el anunciante del logo al final.

Y vos… ¿qué decís?

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